Un periodista al que admiro dice que cuando comienzas a contar la vida de la gente, ya no puedes parar.
No quieres hacer otra cosa.
Quieres conocerla más y agradeces tener acceso a su historia para poder contarla.
Y eso lo que me pasa a mí. Me encanta contar historias y traducirlas en imágenes.
Si tienes una historia que contar, soy todo oídos.